Reflexiones en proceso de germinación

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El proyecto Graneros de Creación es un modelo abierto tanto de práctica como de proceso cuyo objetivo, como su propio nombre indica, es la creación. Orientada al fomento y el impulso a la interacción, la creación parte de un tema, un equipo, un espacio y un tiempo concreto.
 
Graneros es uno y varios proyectos simultáneos que, al igual que un cultivo, se desarrollan en fases. Con el tiempo y la calidad de su trabajo, el programa pretende convertirse en una tierra abonada capaz de proporcionar una experiencia significativa de crecimiento en el desarrollo artístico y personal de los participantes. En esta línea, Graneros, actúa como un organismo vivo y pretende generar una onda expansiva que consiga trascender el espacio escénico, al escaparse por puertas y ventanas e introducirse en distintos entornos donde pueda interactuar con el público de una forma diferente.  A su vez, el modelo Graneros también se mira hacia sí mismo, con el objetivo de desarrollar una reflexión conjunta sobre los procesos de creación a nivel individual y colectiva entre los artistas residentes.
 
Acorde con este espíritu, la mediación se concibe como un proceso en paralelo junto a los proyectos artísticos que, en ese caso, constituyen una oportunidad para la experimentación en el desarrollo de estrategias que apoyen a cada una de las partes al tiempo que activan el proceso colectivo. En este caso las acciones de mediación refuerzan una relación entre el desarrollo creativo y la vida. Esta relación se establece tanto a partir de acciones sobre el mundo que nos rodea como por una serie reflexiones en torno a los efectos generados por las propias experiencias de interacción con la vida.  Con el propósito de cultivar procesos de acción/reflexión/aprendizaje, la mediación activa de forma multifuncional la relación entre el artista y el contexto en el que se enmarca la obra para contribuir a que público y los propios creadores conciban múltiples significados de forma independiente.
 
Siguiendo esta línea de pensamiento, la mediación se ha establecido en tres niveles:
 
–          El nivel del subsuelo, centrado en fortalecer las dinámicas de colaboración entre las instituciones organizadoras (La Sala Inestable y La Rambleta) y hacer partícipe al personal gestor de los procesos de experimentación y creación del proyecto. 
–          El nivel de la tierra donde sembramos, enfocado, por un lado, en los artistas, en la creación, presentación de su obra y el tratamiento del tema elegido, lo que en Graneros llamamos “abono”, y, por otro, en las relaciones de la creación con su contexto.
–          El nivel de germinación y cuidado de la cosecha, que incluye la implicación y relación de Graneros con la comunidad en la que participa y en el impacto que estas experiencias tienen en el artista, en la propia creación valenciana y en la sociedad tanto a corto como a largo plazo.
 
En los primeros 6 meses de desarrollo, la mediación ha intentado sentar las bases para que estos tres niveles se produzcan simultáneamente. En este caso, el “abono” elegido para las residencias 2017 y 2018 es Borders & Ports, un tema extenso de gran relevancia en la actualidad.
 
 Nos encontramos en un buen momento para detenernos a pensar en la simultaneidad de las tres fases en Graneros. Ya se han llevado a escena dos obras, Orán, de Eva Zapico en La Sala Inestable y Desde el Infierno, de Alarcón y Cornelles en La Rambleta y está actualmente en marcha el  proceso de creación de los proyectos de Atirohecho, Elisa Matallín y Néstor Mir (Junio, Octubre y Noviembre). A partir del resultado de las representaciones, las notas de prensa y las actividades de mediación, hay que valorar lo que estamos aprendiendo y colocarlo sobre un mapa de reflexión en torno a las residencias y lo que un programa como éste supone en el contexto de las artes escénicas en Valencia.
 
Por que son necesarias las residencias artísticas?
 
1- En Valencia, hasta ahora, no ha habido un desarrollo notable de las residencias artísticas. Para llenar el vacío de este tipo de experiencias, hay que dar a conocer su importancia tanto para los artistas como para la industria de las artes escénicas en la ciudad en tanto que tienen la capacidad de nutrir el desarrollo creativo porque los fondos, el espacio y la posibilidad de presentar el trabajo al público. En el caso de Graneros, cada artista recibe una ayuda de 3,000 euros para el desarrollo de su trabajo y comparte, además, un porcentaje de lo que se recauda en taquilla por las representaciones en La Sala Inestable y en La Rambleta. El artista tiene acceso a espacios para ensayos y, algo muy importante, goza de la oportunidad de representar su pieza en 9 sesiones durante tres fines de semana consecutivos. Esta sucesión de representaciones contribuye a que todos los integrantes de una obra la maduren, redefinan y la hagan cada vez más propia. Hemos podido comprobar cómo la fluidez y fuerza de Orán y Desde el Infierno se han acentuado en cada representación. En otras salas, no sabemos cuántos meses después, las piezas volverán a representarse, pero ignoramos cómo afectará el tiempo transcurrido entre las representaciones a los artistas y al público.
 
2- Una residencia es una oportunidad para dejarse llevar y salir de la zona de confort. 
 
De hecho, Graneros impulsa a los creadores a hacer realidad aquello que quieran probar, a trabajar con diferentes formatos y a lanzarse de pleno a ello. Este espíritu también hace que los organizadores se atrevan a sustentar esas buenas locuras.
En este contexto, Eva Zapico ha trabajado mucho la narración en Orán, un formato que miembros del público guiados por su perfil de cuerpo e imagen, desconocían. La propia artista comenta:
 
Sé que quiero crear con imágenes. Sé que quiero hacer uso, por encima de todo, de la metáfora visual. Pero descubro que la palabra se escapa. Ella sola. Las palabras transformándose en escena en algo matérico, creando densidades casi tangibles. La palabra pronunciada para hacerse física. Y única.
 
En el caso de Alarcón y Cornelles, junto con la Dirección artística de Isabel Martí, se han explorado la cercanía con el publico desde un espacio escénico cuadrilátero de gradas inmersas en el propio espectáculo. El propio Cornelles ha destacado la implicación que esta disposición propicia entre publico-actor y obra.
 
La experimentación con actividades diferentes se ejemplifica en la iniciativa organizada entre La Rambleta y la biblioteca pública Clara Santiró, situada en el mismo edificio para Desde el Infierno. Se presentó una lectura dramatizada de fragmentos de la obra que actuaba como una pequeña ventana a través de la cual el público pudo conocer la obra y su proceso. Esta iniciativa, puesta en valor por la bibliotecaria Cristina Delgado, además, conectaba la obra con el mundo literario y cinematográfico, aludiendo a referencias de textos desconocidos de Bradbury y, lo más importante, abriendo espacio para la conversación entre los artistas y miembros del club de lectura de la biblioteca.
 
3- Porque tienen un papel en la sociedad valenciana y contribuyen a la reflexión en torno a una temática relevante en la actualidad.
 
Una residencia como Graneros no vive aislada de su contexto social. Por eso pretende tener un lugar más activo en la cultura contemporánea a nivel local y global. El abono Borders & Ports es amplio y, a su vez, muy cercano. En consecuencia, cada artista lo enfoca y trabaja libremente. Las creaciones en su conjunto reflejan múltiples visiones e interpretaciones del abono, como ya hemos podido ver en el caso de las obras Orán y Desde el infierno, donde las fronteras nos han sido presentadas desde su cualidad territorial externa y, a su vez, psicológica.
 
La temática y sus enfoques, junto con el interés en conocer el proceso de creación, han llevado a Graneros a conectar con profesores interesados en colaborar con el proyecto de forma prolongada. Gracias a su interés por acercar la cultura y la educación, experimentar con métodos de aprendizaje innovadores y por su compromiso con el desarrollo humano de sus alumnos en sociedad, Graneros colabora de forma significativa con dos grupos de jóvenes de 16 años de los centros IES Sorolla y IES Abastos. Esta oportunidad ha abierto otra línea más entre las acciones de Graneros, la de investigar y entender el papel de una residencia artística dentro del contexto educativo valenciano. Los jóvenes no solo han reflexionado en torno a la temática del “abono”, sino que han asistido a la obra de Eva Zapico, conversado con su equipo  y, en la actualidad, se encuentran trabajando con Elisa Matallín y su equipo en la co-creación de la pieza que se presentará el próximo otoño. El profesorado, además, ha buscado entre los recursos culturales de la ciudad que trabajan esta temática y han llevado a sus alumnos a ver la muestra Conflictes de Fronteres en la Conselleria d’Educació. En los próximos meses pretendemos estudiar el impacto que este acercamiento y participación genera en los jóvenes y en los profesores y estamos buscando maneras de recibir apoyo gubernamental para seguir con esta línea de trabajo dentro de Graneros.
 
4- Porque ponen el foco en el Creador y apoyan la creación valenciana.
 
 “Por cara al creador”, es un juego de pegatinas que surge del programa impreso de Graneros, este proyecto pretende literalmente visibilizar el rostro y el trabajo de los artistas residentes.  A medida que evolucione el proyecto, buscaremos más formas creativas que involucren a la comunidad de todos aquellos que han pasado por ella. Graneros pretende así consolidarse como un apoyo a corto y largo plazo a la creación valenciana en las artes escénicas. A su vez, también pretende desarrollar oportunidades para la transdisciplinariedad en las artes y trabajar con artistas de otras disciplinas en futuras ediciones.
 
Con año y medio y diez creadores por delante, estas conclusiones no son mas que el principio de un jardín que va a dar mucho de sí. Estamos muy ilusionados por tener la oportunidad de poder trabajar de esta manera.
 

?Por Jodie Dinapoli, Mediadora de Graneros de Creación.